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Culpa y Redención

  • Foto del escritor: Cascanueces
    Cascanueces
  • 15 feb 2022
  • 2 Min. de lectura

Una reflexión a propósito de la última película de Paul Schrader

Me detengo en algunos pensamientos 'cogidos al vuelo' después de ver la última película de Paul Schrader, "The card counter". Y ya que las entradas de este Blog no pretenden ajustarse al formato (mayormente cansino a mi parecer) de la crítica ortodoxa, aviso al lector de estas breves líneas que en ellas no encontrará datos 'objetivos', fechas ni demasiados títulos de referencia. Tampoco me aventuraré en el juicio sobre sus trabajos, salvo para afirmar que en no pocos de ellos me siento identificado con su profundo retrato del lado más oscuro, de los traumas no resueltos (¿alguna vez lo son?...), de la tristeza y soledad inherentes a la condición humana. Al parecer, la infancia de Paul estuvo marcada por un entorno religioso profundamente represivo, de manera que no fue hasta los quince años cuando pudo ver su primera película, revelación que marcaría el resto de su existencia. Su poderosa impronta quedaría inicialmente reflejada en su labor como excepcional guionista. Ya ahí se advierte la querencia por personajes solitarios, marginales y herméticos, marcados por un pasado 'torturador' que condiciona sus vidas. Si bien ha incursionado en géneros como la comedia negra o el terror, al servicio de proyectos con historias ajenas o propias, es en estas últimas donde se advierte mejor esa reiterada intención de explorar el, por así decirlo, ciclo de culpa-redención. Admirado y odiado a partes iguales en el mundo del cine (hay profesionales que denostan su endemoniado carácter), en su irregular trayectoria destacan títulos como "Taxi Driver" (guionista), "The comfort of strangers", "Cat People", "American Gigolo", "Affliction", "Light sleeper", "First reformed" o la mencionada "The card counter". De su estilo obsesivo y recurrente, espejo de una psique atormentada pero lúcida, pondré solo un ejemplo: en alguna de esas películas, sus antihéroes terminan encarcelados para expiar sus culpas. Recuerdo a tres de ellos (R. Gere, Willem Dafoe, Oscar Isaac) recibiendo la visita de una redentora figura femenina que les brinda su afecto en conmovedoras y casi místicas secuencias finales. Hombres condenados en busca del perdón. Cristales y barrotes impiden el contacto de la carne. Queda tan solo un gesto de amor para paliar su profunda soledad.


(P.D.) ¿Merece la pena dedicar dos horas a la última obra de Paul Schrader, tan incómoda, obsesiva y oscura como uno espera siempre de este inquietante autor?. La respuesta dependerá de cómo entienda cada uno el papel que debe ocupar el cine (y el arte) en su vida. A mi modesto entender, "The card counter" es una película magnífica.

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