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La Asistente

  • Foto del escritor: José Ignacio Delgado
    José Ignacio Delgado
  • 4 jun 2021
  • 2 Min. de lectura

Retrato del horror cotidiano.


Guión & Dirección Kitty Green

Nacionalidad: EEUU


Termino de ver esta película con una profunda sensación de incomodidad. No me cabe duda de que es el objetivo que buscaban su inteligente directora y ese afortunado hallazgo como actriz de nombre Julia Garner (quien ya había avisado de su talento en la serie "Orzak"). "La Asistente" es una historia de triste actualidad, ahora que sabemos cómo se las gastaba el tal Harvey Weinstein en su particular coto de mezquindad infinita, la productora Miramax. Y por añadidura a ese halo 'testimonial' que envuelve la película, el pormenorizado retrato de la jornada laboral de la protagonista bien merece la etiqueta de puro terror psicológico. Terror que refleja la mirada desamparada de quien se ve obligada a convivir con la bestia y sus aberrantes costumbres: risas apagadas detrás de las puertas; sistemático bullying a los empleados; un desfile interminable de jóvenes aspirantes que van entrando en la guarida con la esperanza de llegar a algo en la industria del cine; la esposa despechada, ignorada, humillada, que acepta con amargura el perverso status quo para seguir sobreviviendo; mezquinos ejecutivos que siguen el juego al ogro; aprovisionamiento de "complementos" para que el 'jefe' no desfallezca... Y todo narrado con un tono apagado, casi anodino, de inquietante discreción que sin duda defraudará a quien se acerque a estos territorios en busca de morbo, pero que a mi entender enfatiza lo asquerosamente vulgar de conductas que se asumen por venir de gente 'poderosa'. Solo esa mirada azul de Garner transmite el abismo moral que hasta ayer mismo se entendía como parte consustancial del mundo del cine (de tantos mundos). Habrá quien entienda que esta es una historia oportunista o aburrida (he leído la crítica de algún 'pope' del cine que produce sonrojo y lástima). Yo me he sentido 'aludido' como ser humano, al tiempo que seguía con absorto interés una película técnicamente impecable. Acaso su mayor virtud sea hacernos ver el horror cotidiano que para muchas mujeres representa aún hoy algo tan trivial como acudir al trabajo. Me consuela pensar que vivimos tiempos de cambio.

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