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  • Foto del escritorLaura Preminger

Recogiendo Nueces



Soy Laura Preminger, profesional autónoma e influencer de mí misma.

Estudié Arte Dramático y Leyes, una combinación exótica.

Aunque nací lejos, me fascina España y su cultura.

Me gusta disfrutar de la vida, buscar nuevos restaurantes, arreglarme para salir.

Buena conversadora con un Martini en la mano.

Amo la moda y el cine clásico.

No rehuyo el debate político, aunque enseguida me canso.

Me fascina leer el ¡Hola! mientras me hacen las mechas.

Reivindico la frivolidad como estrategia de supervivencia.

Cada semana sacudo el árbol y recojo algunas nueces...


 


La semana bien, gracias...



Reconforta que, pese a los datos de inflación récord en España, a la escuálida bolsa de trabajo (líderes europeos en desempleo, muy por delante de 'históricos' como Grecia o Italia), a los precios de luz, gas y combustibles alcanzando cotas estratosféricas..., reconforta, digo, que los referentes morales y estéticos de buena parte de la sociedad nos muestren el camino para vencer al pesimismo. Sean pues loados por la chispa de alegría con que nos iluminan al compartir su día más feliz. Tomo por caso, estos días hay mucho wedding donde elegir, el enlace entre el 'culé' Jordi Alba (no confundir con la otra Casa Alba), conocido y admirado por su arte de fatigar la banda izquierda del Camp Nou a cambio de 9 kilos al año (25.000€ al día, para evitar confusiones), y la influencer Romarey Ventura. Los universos paralelos del 'furbo' y el instagram en feliz cohabitación para deleite del pueblo: exclusiva finca del siglo XVII en Utrera (Sevilla), arribada en vehículo histórico; acudió la créme brulee de la aristocracia balompédica excepto Piqué (que estos días finiquita con Shakira) y Messi (promocionando, creo, los valors -hoy valeurs- de las monarquías Catarí-Saudí). El acontecimiento ha merecido amplia cobertura en los medios. Sirva de ejemplo esta perla lírica, con influencias de Lorca y Freud, aparecida en La Vanguardia: "El novio, emocionado y con intención de no retrasarse, llegó una hora antes de la ceremonia en compañía de su madre". ¿No es admirable la perspicacia del/la/le redactor/ra/re de una de las publicaciones decanas del país, gracias a la cual es capaz de leer los anhelos y angustias del contrayente? ¿Quién dice ahora que el periodismo 'serio' anda de capa caída?


En la imagen, la luminosa Romarey (espléndido el estilismo de Vicky Martín Berrocal) se rehidrata sin falso pudor junto a Jordi y su reloj que, soñadores, pierden la mirada en el mismo horizonte que cantara el poeta Ibn al-Labbana allá por el siglo XI. Yo también brindo por ellos. Y por el futuro de la especie.



Que dice el superyayo que todo okei con lo de la cumbre de la OTAN. Inmejorable la organización, la atención al cliente, la seguridad para los mandamases.... Elogios que no hacen sino confirmar el melancólico destino de nuestro país como resort de Europa. Siento una inmensa ternura cuando escucho a filósofos como el michelín Paco Roncero (no confundir con Tomás, el killer merengue de El Chiringuito) afirmar que no hay mayor satisfacción que ver los platos de vuelta más que limpios, rebañaos. Justo como pasó con España (pienso mientras me hacen un peeling) tras solicitar el ingreso en la UE: se nos comieron el tejido empresarial para cumplir con las cuotas come il faut y nos la devolvieron impoluta como una playa con bandera verde. Y así, as time goes by, la otra noche nos fue dado ver en todas las teles amigas a los 'dueños del cortijo' (gracias, Villarroya) fent el seu negoci por las salas de El Prado. Y no puedo sino admirarme por la capacidad de aguante del personal, o más bien por el atontamiento generalizado en el que que por supuesto me incluyo. Porque somos así: mientras nos quede parné para la cervecita en la terracita, it's alright, think we're gonna make it, como cantaba Christopher Cross. En cuanto al tema de Ucrania, todos tranquilos: Grazie Antonio le ha dicho a Putin que se olvide, que no vencerá; no me cuesta imaginar a Vladimir temblando en un rincón de la dacha. Ilustro esta apresurada crónica con algunas de mis imágenes preferidas del evento. A la izquierda, el tremendo apretón que le propinó Letinator a Kalla Kalas, primera ministra de Estonia; Mario Draghi inaugurando su call center en El Prado; el fraternal 'posamanos' de Joe Biden a Begoña Gómez; y el susodicho haciéndose un selfie con dos súbditos, para jolgorio de Las Meninas. Quien conozca la intrahistoria del cuadro acaso aprecie la ironía del momento.



Anda el patio muy revuelto porque, al parecer, a un humorista con mucho pelo le han birlado un selfi-vídeo en el que aparece en plena faena. Que si el asunto está en manos de la justicia, que si es una vergüenza (supongo que se refieren al hecho de que se haya hecho público), que hasta dónde vamos a llegar con la falta de intimidad... Yo, qué quieren que les diga: si los hackers son capaces de afanar información confidencial a todo un presidente del gobierno (Grazie, Antonio) qué no podrán hacer con el inane pueblo llano. Estamos avisados. Mis 'contramedidas' incluyen un post-it sobre la cámara del portátil mientras navego por páginas de esas que ustedes ya saben. En cuanto al esmarfon, hago lo mismo que Scarlett, Jennifer, Angelina y tantas otras: confío en que alguien me robe las fotos para mostrar al mundo lo maciza que estoy. Vaya por delante mi solidaridad con el afectado pero, por otro lado, pienso en lo difícil que debe ser grabarse una/no/ne a sí misma/mo/me alcanzando el éxtasis jaculatorio. Es como lo de ir a los conciertos para grabarlos con el móvil: ¿No sería mejor dejarlo apagado y simplemente disfrutar del momento?



Aunque ahora mismo no recuerdo una película suya y me da mucha pereza clickar en la Wikipedia, me consta que Imanol Arias es un actor de los que siempre trabajan. También que tiene pendiente un asuntillo con Hacienda (caso Numaria) que podría costarle 20 años a la sombra y 10 millones de multa (tranquis, que no llegará la sangre al río). Otrosí, que es el protagonista de una serie que lleva 22 años en antena, y por la que cobra 42.000 napos el episodio (700€ por minuto de emisión que, recordemos, sufraga el contribuyente vía impuestos). Viene a cuenta el asunto porque justo ahora el 'mozo' se nos descuelga en una entrevista en Telebilbao poniendo a caldo por corrupto al 'ente público' (me encanta ese término, tan kafkiano*) y soltando perlas como: "Es insoportable estar en esa cadena"... "Espero no volver en mucho tiempo a nada público en este país". Sí señor, las cosas claras y el chocolate espeso (no sin antes pasar por caja, claro). Si bien luego el admirado galán, donde dijo digo dice diego (o algo así, que voy por el tercer Martini...), la respuesta del sindicato UGT es, al menos por una vez, para enmarcar: "Las falsedades vertidas sobre RTVE y todos sus trabajadores y trabajadoras son demasiado graves e injustas como para ser superadas por unas simples disculpas. No podemos permanecer inmunes a tanto dolor y sufrimiento por parte de quien, al parecer, no parece muy dispuesto a marcharse por su propio pie, renunciando a sus más que jugosos emolumentos por programa". Chapó. Impecable. Fetén. Stormy weather a la vista, Imanol... Y mira que lo siento, porque mi abuela te echaría de menos en "Cuéntame".


*Nota aclaratoria para las generaciones ESO:

Kafka, además de un conocido bar de Valladolid, fue un escritor nacido en Praga a finales del S. XIX. En consecuencia, la utilización del termino 'kafkiano' no se refiere una forma servir los cachis o preparar el vermú, sino al modo grotesco y pesimista con que el mencionado autor describía al hombre contemporáneo, perdido en el absurdo de su laberinto existencial)




Chao chao!

L.





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